Si usted
agrupa a todos los hombres del mundo y los coloca en un continente y toma todas
las mujeres y los agrupa en otro continente e impide que ambos grupos puedan
tener algún cruce entre ellos. Usted en corto tiempo tendrá la extinción de la
raza humana. ¿Por qué? Porque será gente que no funcionará como una familia
donde se procrean hijos ni se multiplican. Ambos grupos irán muriendo y desaparecerán
del todo. Esto nos muestra que el ser humano no fue creado por el Todopoderoso para
entablar uniones contranaturales. En cambio, si usted une un hombre y una mujer
y permite el progreso biológico natural, la sociedad sigue creciendo y multiplicándose.
Es pues la familia la base fundamental del mundo y de toda sociedad.
Lamentablemente hoy tenemos enemigos de la familia colocados en puestos claves
de gobiernos dispuestos a cometer un genocidio contra los valores tradicionales
que nos han sostenido por milenios como pueblo. Las nuevas tendencias de abrirle
paso a las agendas gays-lésbicas brotan como un cáncer que va destruyendo
cuidad por ciudad. Van abriéndose paso aquellos que infelices y fracasados en su
vida sexual pretenden hundir al mundo completo en el fango de lo que es
contranatural y distorsionado. No es ningún secreto el hecho que las tendencias
homosexuales y lesbianas responden a rebeldía, traumas internos de las
personas, y en la mayoría de los casos son una respuesta a violaciones que como
resultado condujeron a estas personas a refugiarse en estos estilos de vida no
naturales. Hoy llevan una guerra, su meta, destruir la familia como
abiertamente lo han proclamado muchos de sus activistas. No les importa el
bienestar alguno de la sociedad, solo quieren ver a los pueblos hundidos en las
más espesa corrupción moral, primero porque ellos mismos ya están destruidos y
segundo, porque quieren que todos los demás, en especial nuestros niños
inocentes sean trastocados y moldeados a lo que ellos fueron expuestos, al
abuso y a la violación. Es por esto que tienen como blanco de ataque los niños y
la educación. Destruir la identidad de los niños. Confundirlos, hacerles creer
que no nacen hombre ni mujer, sino que son neutrales, indefinidos. Tal aberración,
tal ofensa pública es la que está siendo avalada y promovida por políticos inescrupulosos.
¿Quedaremos con los brazos cruzados mientras que hombres perversos conspiran
contra la familia? Trastocan las leyes y las tuercen. ¿Permaneceremos inertes viendo como hunden a
nuestro pueblo? Es hora de ponernos de pie y defender a nuestra familia,
defender el derecho a la libre expresión, defender lo que es sano y saludable.
Hacerles entender que nuestra conciencia no está muerta. No podemos permitir
que aquellos que carecen de valores sean los señores de nuestros pueblos. Es
hora de levantarnos y defender la familia con ímpetu y firmeza. Unidos haremos
la diferencia.
La conspiración del movimiento gay (Libro de Rafael Palacios)
¿Realmente existe el discrimen contra los homosexuales?
