Algunas madres cedieron a las presiones y hoy cambian sus versiones probablemente por temor. Otras siguen denunciando la maldad de los falsos religiosos de Roma:
Carta dirigida a Bergoglio de sobreviviente de la dictadura en Argentina
En el siguiente
articulo del 2013 se pueden ver las declaraciones vinculando al que es hoy papa
(Jorge Mario Bergoglio) con la macabra dictadura:
Ahora bien,
en el 2014 algunas de las Madres de la Plaza de Mayo cedieron a las presiones
de diferentes índoles y se ‘retractaron” de las primeras denuncias hechas
contra el líder de la iglesia católica (Jorge Mario Bergoglio). Vea el
siguiente artículo que así lo demuestra:
Cabe
preguntarnos, ¿Quién y cómo compraron el silencio de las Madres de la Plaza de
Mayo? ¿Será posible que la desaparición de más de 30,000 personas quede impune?
Ahora algunas “Madres de la Plaza de
Mayo” tuercen sus versiones y afirman que las primeras expresiones públicas que
hicieron no estaban bien fundamentas. ¿En serio? O es que hay una mano secreta
que les compró el silencio. La mano de los jesuitas. ¿Quiénes son los jesuitas?
Jorge Mario Bergoglio es un jesuita. Se trata de una orden militar. Una orden
de asesinos que usan la fachada religiosa para lograr sus fines políticos en el
mundo. Vea el siguiente JURAMENTO
JESUITA, y recuerde JORGE MARIO
BERGOGLIO ES UN JESUITA.
JURAMENTO JESUITA
Yo, ahora en la presencia de Dios omnipotente, de la Bendita Virgen Maria, del Bendito San Juan Bautista, de los santos apóstoles Pedro y Pablo y todos los santos de la milicia celestial y a la voz de mi Santo Padre espiritual Superior general de la Sociedad de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola, bajo el pontificado del Papa, y de la Bendita madre de Dios y de Jesucristo, declaro y que su santidad el Papa es el vicario de Cristo, Único, y Verdadero jefe de la iglesia Católica Romana Universal en todo el mundo y que en virtud de las llaves dadas a su santidad por mi Salvador Jesucristo para atar y desatar, el tiene el poder de responder a reyes, príncipes, estados, repúblicas, gobiernos, reos de herejía los cuales pueden ser impunemente destruidos. Por esto con toda mi fuerza defenderé esa doctrina, el poder y el derecho de Su santidad el Papa contra todo los usurpadores de cualquier herejía o autoridad protestante, quién fuere junto a todos los adherentes que pudieran usurpar oponiéndose a la santa iglesia Católica de Roma, Repudio y desconozco, desde ahora en adelante cualquier alianza con cualquier rey, príncipe de estado, hereje, protestante o liberal. Rechazo obedecer a cualquier ley, magistrados u oficiales. Declaro además que las doctrinas de las iglesias llamadas “Protestantes” están condenadas y condenados juntamente todos aquellos cuya doctrina no abandonen. Declaro que ayudaré y aconsejaré a todos los agentes de su santidad el Papa en cualquier lugar que se hallen haciendo lo mejor para extirpar las iglesias protestantes sus potencias tanto legales o de cualquier naturaleza, prometo y declaro que yo no tendré opinión, voluntad propia, como un cuerpo muerto, obedeciendo así sin dilación alguna cualquier orden que pueda recibir de la sede del Papa y Jesucristo. Declaro además, que haré siempre me presente la oportunidad una guerra sin cuartel secreta y abiertamente contra todos aquellos herejes protestantes de la manera y forma que se me indique desapareciendo la faz de la tierra, para esto no tendré en cuenta edad, sexo, ni condición alguna. Ahorcaré, quemaré, consumiré, sepultaré, aniquilándoles. Y cuando eso no pueda hacerse, entonces usare en secreto la copa de los venenos. Así como se nos indique obrar por cualquier agente del Papa enviando o delegando en la Orden de la Santidad de Jesús. Y para confirmar lo que antecede, dedico la vida y expongo mi alma. Y con este estilete que yo ahora recibo, escribo mi nombre con la pluma de este puñal mojado con mi propia sangre como sello de testimonio de lo que he declarado. Prometo que daré mi voto siempre a favor de la Compañía de Jesús. Todo yo lo juro y declaro así sostenerlo y cumplirlo por la Bendita Trinidad y por este escrito que hoy recibo.
Yo, ahora en la presencia de Dios omnipotente, de la Bendita Virgen Maria, del Bendito San Juan Bautista, de los santos apóstoles Pedro y Pablo y todos los santos de la milicia celestial y a la voz de mi Santo Padre espiritual Superior general de la Sociedad de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola, bajo el pontificado del Papa, y de la Bendita madre de Dios y de Jesucristo, declaro y que su santidad el Papa es el vicario de Cristo, Único, y Verdadero jefe de la iglesia Católica Romana Universal en todo el mundo y que en virtud de las llaves dadas a su santidad por mi Salvador Jesucristo para atar y desatar, el tiene el poder de responder a reyes, príncipes, estados, repúblicas, gobiernos, reos de herejía los cuales pueden ser impunemente destruidos. Por esto con toda mi fuerza defenderé esa doctrina, el poder y el derecho de Su santidad el Papa contra todo los usurpadores de cualquier herejía o autoridad protestante, quién fuere junto a todos los adherentes que pudieran usurpar oponiéndose a la santa iglesia Católica de Roma, Repudio y desconozco, desde ahora en adelante cualquier alianza con cualquier rey, príncipe de estado, hereje, protestante o liberal. Rechazo obedecer a cualquier ley, magistrados u oficiales. Declaro además que las doctrinas de las iglesias llamadas “Protestantes” están condenadas y condenados juntamente todos aquellos cuya doctrina no abandonen. Declaro que ayudaré y aconsejaré a todos los agentes de su santidad el Papa en cualquier lugar que se hallen haciendo lo mejor para extirpar las iglesias protestantes sus potencias tanto legales o de cualquier naturaleza, prometo y declaro que yo no tendré opinión, voluntad propia, como un cuerpo muerto, obedeciendo así sin dilación alguna cualquier orden que pueda recibir de la sede del Papa y Jesucristo. Declaro además, que haré siempre me presente la oportunidad una guerra sin cuartel secreta y abiertamente contra todos aquellos herejes protestantes de la manera y forma que se me indique desapareciendo la faz de la tierra, para esto no tendré en cuenta edad, sexo, ni condición alguna. Ahorcaré, quemaré, consumiré, sepultaré, aniquilándoles. Y cuando eso no pueda hacerse, entonces usare en secreto la copa de los venenos. Así como se nos indique obrar por cualquier agente del Papa enviando o delegando en la Orden de la Santidad de Jesús. Y para confirmar lo que antecede, dedico la vida y expongo mi alma. Y con este estilete que yo ahora recibo, escribo mi nombre con la pluma de este puñal mojado con mi propia sangre como sello de testimonio de lo que he declarado. Prometo que daré mi voto siempre a favor de la Compañía de Jesús. Todo yo lo juro y declaro así sostenerlo y cumplirlo por la Bendita Trinidad y por este escrito que hoy recibo.