Uno de los ataques de las sectas falsas está enfocado
en restarle méritos a Cristo y proponerlo como un ser creado o inferior al
Padre que está en los cielos. Usan o esgrimen el texto de Juan 14:28 donde
dice: “porque el Padre mayor es que yo.” para tratar de
justificar sus ópticas torcidas. Si bien es cierto que Cristo dice que el Padre
es mayor que él, claramente se está refiriendo a su orden y relación como
familia de Hijo a Padre. Un padre siempre es mayor que un hijo en una familia.
Sin embargo, en lo que se refiere a la DEIDAD de Cristo, Él es igual al Padre.
(Filipenses 2:6)
No existe nada que el Padre haga que el Hijo no lo
haga IGUALMENTE. Dice:
Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de
cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo,
sino lo que ve hacer al Padre; porque
todo lo que el Padre hace,
también lo hace el Hijo igualmente. (Juan 5:19)
Cuando los creyentes oran al Padre en búsqueda de
respuestas es Cristo quien contesta las oraciones. Dice:
Si algo pidiereis en mi nombre, YO
LO HARÉ. (Juan 14:14)
No existe tal cosa como un Cristo diferente al que se
nos presenta en el Nuevo Testamento. Jesús anduvo por los lugares sanando y
libertando a los cautivos. Estuvo presente y hoy sigue haciendo la misma obra.
Jesús NO HA CAMBIADO. Dice:
Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.
(Hebreos 13:8)
La omnipresencia de Cristo (quien está unido al Padre
en DEIDAD) se hace evidente cuando les promete a todos los creyentes estar en
todo momento de sus vidas junto a ellos. Dice:
y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo. (Mateo 24:20)
Siendo que Cristo está unido en DEIDAD con el Padre,
es imposible que aquellos que pretendan honrar al Padre por medio de una
adoración suprema quieran hacerlo desligando a la figura de Cristo de ese
contenido de adoración. Pues está estipulado que Cristo debe recibir los mismo
honores u honra que el Padre en todos los sentidos. Dice:
para que todos honren al Hijo COMO
HONRAN AL
PADRE. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le
envió. (Juan 5:23)
El asunto de la honra al Hijo de Dios es tan serio que
Dios mismo afirma que no recibirá adoración suprema alguna que primero no esté
dirigida a su propio Hijo. Es pues Jesús el camino, la verdad y la vida.