Título: Negación del Holocausto e información
errónea
Fuente: ushmm (punto) org/wlc/es/article
(punto) php?ModuleId=10007579
Los historiadores legítimos rechazan la
negación del Holocausto porque la creencia de que este nunca existió no
concuerda con los hechos históricos generalmente conocidos y bien documentados.
La negación del Holocausto está centrada en un odio irracional vinculado con el
antisemitismo.
Los que niegan el Holocausto ignoran las
numerosas pruebas que avalan su existencia e insisten en que es un mito
inventado por los aliados, los comunistas soviéticos y los judíos para lograr
objetivos propios. Según la “lógica” de los que lo niegan, los aliados
necesitaban el “mito del Holocausto” para justificar su ocupación de Alemania
en 1945 y la “implacable” persecución de los acusados nazis. Además insisten en
que los judíos necesitaban el “mito del Holocausto” para obtener generosos
pagos de Alemania en concepto de indemnización y para justificar la creación
del estado de Israel. Insisten, entonces, en la existencia de una gran
conspiración que involucra a las potencias vencedoras de la Segunda Guerra
Mundial, a los judíos y a Israel, y cuyo fin es difundir el Holocausto en pos
de fines propios.
Una de sus estrategias es afirmar en forma
simplista que si pueden desacreditar un hecho del Holocausto, toda su historia
también puede desacreditarse. Cierran los ojos a la mayor parte de las pruebas
de este acontecimiento histórico y se concentran en tres argumentos específicos
que, según ellos, refutan la realidad del Holocausto en su totalidad.
En primer lugar, argumentan que como no hay
ni un solo documento que describa el Holocausto o con la firma de Hitler
ordenando su ejecución, todo es un engaño. Para respaldar este argumento,
rechazan todas las pruebas que se presentaron en Nuremberg.
Denuncian que la intención genocida del estado nazi y los miles de órdenes,
memorandos, notas y otros registros que documentan el proceso de la destrucción
son un invento. Como no pueden respaldar sus argumentos de que los documentos
son apócrifos, afirman que su contenido se malinterpretó en forma deliberada.
Además, insisten en que los aliados usaron torturas a fin de obtener las
confesiones de la autoría de las matanzas y que los testigos de crímenes nazis
cometidos en contra de los judíos mintieron motivados por intereses personales.
En segundo lugar, los que niegan el
Holocausto insisten en que los “pocos” judíos que perecieron murieron de causas
naturales o que el estado nazi los ejecutó en forma legítima por delitos
reales. Afirman que los judíos y las potencias aliadas exageraron la cantidad
de judíos asesinados durante la guerra. Prácticamente todos los historiadores
coinciden en que en el Holocausto se asesinaron entre 5,1 y 6 millones de
judíos. Cada vez que eruditos legítimos intentan precisar esta cantidad
utilizando fuentes históricas y métodos demográficos fidedignos, los que niegan
el Holocausto dicen que la imprecisión en el número exacto de muertes dentro de
ese rango unánimemente aceptado constituye una prueba de que toda la historia
del Holocausto fue un invento y señalan que la cantidad de muertes de judíos
durante la Segunda Guerra Mundial ha sido exagerada.
Finalmente, aseguran que los nazis no
utilizaron cámaras de gas para matar a los judíos y niegan la existencia de los
campos de exterminio Centran su atención en Auschwitz y creen que si pudieran
desmentir la idea de que los nazis usaban cámaras de gas en Auschwitz para
matar a los judíos, sería suficiente para desacreditar también toda la historia
del Holocausto.
Quieren que el suceso histórico sea motivo de
debate. Por sobre todo, aspiran a ser considerados eruditos legítimos
portadores de un sólido argumento histórico. Ansían un espacio público para
manifestar lo que llaman “el otro lado de la cuestión”. Los estadounidenses que
niegan el Holocausto con frecuencia imitan las formas y las prácticas de los
eruditos, a fin de poder disfrazar frente al público la naturaleza de sus
opiniones.
A menudo dicen ser especialistas en el
Holocausto, pero si se examinan sus credenciales, son especialistas, si es que
lo son, en otros campos no relacionados con el tema. Arthur Butz, un
estadounidense que negaba el Holocausto, era profesor de ingeniería en la
Universidad del Noroeste (Northwestern University). Fred Leuchter,
también estadounidense, declaró ser especialista en la construcción de cámaras
de gas para ejecuciones, pero un tribunal británico determinó que tal
afirmación no tenía fundamento. Los que niegan el Holocausto generalmente
colocan notas al pie en sus escritos para citar las publicaciones de otros que
piensan como ellos. Se rigen por convenciones seudoacadémicas. El Instituto de
Revisión Histórica de California (Institute for Historical Review in
California), centro del movimiento de negación del Holocausto en los
Estados Unidos, publicó hasta hace poco un periódico seudoacadémico con
artículos escritos por figuras importantes de dicho movimiento: Arthur Butz
(EE. UU.), Bradley Smith (EE. UU.), Fred Leuchter (EE. UU.), Ernst Zundel (Alemania,
Canadá), David Irving (Gran Bretaña), Robert Faurisson (Francia), Ahmed Rami
(Suecia) y Carlo Mattogno (Italia).
Si bien el Instituto de Revisión Histórica
prácticamente no publica activamente textos impresos ni en la Web desde
principios de siglo, las publicaciones anteriores siguen apareciendo en
Internet. La negación del Holocausto en Internet es especialmente un problema
en los Estados Unidos, donde la Primera Enmienda de la Constitución garantiza
la libertad de expresión. Se considera que no se transgrede la legislación
estadounidense cuando se niega el Holocausto ni cuando se difunde la
instigación al odio basado en el prejuicio antisemita o nazi. Algunos países
europeos como Alemania y Francia han criminalizado la negación del Holocausto y
han prohibido las publicaciones nazis y neonazis. Con el fin de eludir estas
leyes en Europa, algunas personas que niegan el Holocausto han acudido a
Internet, para crear un sitio web con sede en Estados Unidos al que pueden
acceder usuarios de otros países. El Internet es ahora la principal fuente de
literatura sobre la negación del Holocausto y el principal medio de reclutar
organizaciones que suscriben tal negación.
Los eruditos legítimos no tienen dudas de que
el Holocausto ocurrió. Las aseveraciones de los que dicen lo contrario no
forman parte de los debates históricos auténticos. La negación del Holocausto
es en realidad una cuestión de antisemitismo y políticas irracionales, no de
historia ni de justicia.
Este artículo
pertenece al “United State Holocaust
Memorial Museum”
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Tema relacionado: Fotos (Imágenes) del Holocausto contra los judíos
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